12/5/08

El parque de la memoria: Dignidad recuperada

Cuando en una situación violenta como la del levantamiento del 36 y la posguerra los derechos humanos son vulnerados, deben de restaurarse recuperando la memoria de lo ocurrido, y a las personas enterradas en fosas, cunetas, etc. para que reciban sepultura y puedan ser recordados.
Esto se ha negado durante años por el llamado bando ganador (¿ganador de qué? De atropellar los derechos humanos, la dignidad, la igualdad y la justicia?), no permitiendo ni siquiera vivir y elaborar el duelo...
Los lloros y sufrimientos silenciados, las historias que no han podido contarse por miedo. Las preguntas sin respuesta.. Y a pesar de ese intento de aniquilación total de esta parte de la historia, las hijas, nietos..de los desaparecidos y ocultados han sido tenaces en la búsqueda de esos cadáveres, de esos cuerpos símbolos de libertad y justicia. Y si ellos y ellas han sido tenaces, es por qué alguien les ha transmitido esta necesidad. Con silencios, con esfuerzos para sacarlos adelante y mantenerles la vida, con dignidad a pesar de ser tratadas como unas cualquiera. Con su ejemplo de vida han hecho posible esta cadena humana que se junta en Sartaguda para recuperar la dignidad de quienes perdieron la vida injustamente por ser precisamente, personas dignas.
Ellas, Las Viudas todas esas mujeres que de generación en generación han transmitido la necesidad de no olvidar a los seres queridos, a sus amores a los padres de sus hijos e hijas, aunque en alguno casos ni los entendieran ni supieran exactamente que pensaban y por qué. Ellas querían la vida y seguir amando a pesar de la guerra. Otras, compartían los ideales republicanos y tuvieron que vivir la dureza d la perdida del ser querido junto a la de todos los derechos conseguidos.
Ellas junto a muchas otras y a compañeros de militancia fueron personas que creían en la igualdad de los seres humanos, siendo “la voz oculta” de nuestra historia. Mujeres que soñaron con un mundo diferente y con el que han continuado soñando y luchando hasta su muerte, en el exilio y en Sartaguda.
Mujeres que en ningún momento perdieron la capacidad amatoria que les dio la fortaleza para seguir viviendo y sacar adelante a los suyos. Y de una manera u otra transmitirles la necesidad de reponer el daño, de buscar a los desaparecidos. Ellas, que en su gran mayoría no constan en las cunetas, ni en las exhumaciones, ni en los homenajes, pero que sin ellas, los logros conseguidos no hubieran sido posibles.
Sartaguda va a vibrar de emociones, gracias al trabajo realizado por quienes han estado en esa recuperación, familiares, personas amantes de la republica, profesionales honrados, viudas tenaces, cantautores/as, poetas y artistas…. Personas convencidas de que es necesario recuperar y restablecer la dignidad de quienes defendieron el mejor de los ideales: La libertad, basada en la justicia y la solidaridad.



2/5/08

Palabras para una madre: Gracias.

Escribir sobre ti en relación conmigo, todavía atrae las lágrimas a mis ojos. Dicen que es un síntoma de que no quiero dejar que te marches de mi vida. Y posiblemente así sea, aunque deseo de todo corazón que descanses es paz allá donde te encuentres.
Lo primero que quiero decirte es GRACIAS. Gracias por haberme querido tal cual soy, contribuyendo con ello a mí autoestima y forma de ser actual. Por haber estado siempre atenta y pendiente. Cuando me entraban las angustias y los miedos. Cuando me desbordaba de alegría.
Llamando en el. momento oportuno. Soportando mi adolescencia. Aceptando la necesidad de separarme de ti física y mentalmente. Mis rabias, mis amores diversos y mis devaneos, mis dudas con el cuerpo…Aceptando que entrara y estuviera desde muy jovencita en la política, a pesar de que pasaste miedo por mi en muchos momentos.
Haciendo de colchón emocional cuando me dolían las actuaciones de quienes se supone que eran de mi grupo. No dejándome caer cuando venían duras. Estando conmigo cuando había que recoger lo sembrado y el orgullo que te producía que me fueran bien las cosas, que escribiera, que fuera activa y estuviera en la prensa. Con que cariño guardabas todo aquello que llegaba a tus manos en lo que aparecía yo o mi pensamiento.
Saber el golpe que te dio el que yo tuviera cáncer y sin embargo como aguantaste estoicamente a mi lado, sin demostrar apenas tus miedos para que yo saliera adelante, cuidándome si cabe aun más.
Gracias por haberme dado los elementos de análisis para comprender la discriminación histórica de las mujeres, cada vez que insistías en “No lleves mi vida”. “Como te vea con una aguja en la mano”.., haciendo alusión a que no hiciera nada que me obligaran solo por el hecho de ser mujer.
Gracias por ser libre de pensamiento a pesar de tu edad y situación social como mujer y en un pueblo Rompedora en todo lo que tú podías. Amorosa de la educación y el estudio. Habilidosa, ingeniosa, con un humor estupendo y amante de la vida
Capaz de reciclar lo inimaginable. Diseñadora de la libertad. Acogedora, empática, solidaria con quienes no tenían o no podían (en la tienda que llevaste, como te apañabas para cobrar menos, que te pagaran a plazos, regalar…) jamás despilfarrabas pero no dejabas de vivir la vida
Fuiste como todas una mujer victima de los tiempos. Para ti no existió la igualdad de oportunidades. Quizás por eso me lo trasmitiste a mí con tanta fuerza, Que la buscara, que la propiciara para mi y para todas.
Gracias Lucia por ser como eras, pero sobre todo por haberme dado la vida y la manera de afrontarla. Tus valores son ahora míos a pesar de que en tiempos quería a toda costa diferenciarme. Ahora estoy reconciliada conmigo misma, aceptando lo que soy con lo que me gusta y lo que no, viendo lo que proviene de ti, encantada de tenerlo por eso añoro el tenerte a mi lado para compartirlo un poco mas contigo.
Me alegro mucho de haber podido disfrutar contigo y de ti en los últimos años, del sol, de tus comidas, de tu sabiduría con la aguja y con todo lo que tocabas con tus manos. De poder leerte cuando perdiste la vista. De tu mente tan lúcida. De tu voz amorosa. Del orgullo que tenias de tu familia. De haber visto la tenacidad para seguir adelante a pesar del dolor que te producían tus huesos. Tú querías vivir un poco más y te esforzabas para ello.
Supiste escoger un buen hombre a tu lado, Basilio, que no estaba exento de machismo, como casi ninguno, pero que pudo comprender que eso también podía cambiar según le decían sus ideales de tintes anarquistas. Ideas que en el aspecto de la libertad impregnaron nuestra familia y sus actuaciones.
Me alegro de poder brindarte lo que soy y como soy. Gracias por haber estado a mi lado durante 50 años. De haberme querido y demostrado durante todo este tiempo y de verdad, descansa en paz, que Tere, tu hija, ha comprendido tu mensaje y aceptado tu legado y por eso te digo una vez más: Te quiero y te recuerdo Señora lucia, aunque ahora soy capaz de andar sola por la vida.