26/5/10

LAS MUJERES seguimos TENIENDO SALUDABLES RAZONES PARA PROTESTAR

El día internacional de la salud de las mujeres, se conmemora desde 1987 a propuesta de la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Reproductivos. Se inicia con el Programa de Acción de la Conferencia sobre Población y Desarrollo de El Cairo, acordado en 1994, con el seguimiento en la Plataforma de Acción de la Conferencia Mundial de la Mujer, de Beijing; al igual que en tratados y convenciones de derechos humanos, como la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, CEDAW.
El lema que la mueve es, “La salud y los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos y de ciudadanía. ¡Que el Estado los garantice, proteja y promueva!”. Sin embargo, en el mundo hoy en día, 1.400 mujeres mueren al día por embarazos, según la ONS (Organización mundial de la salud).
Hablar en Navarra de la salud de las mujeres significa, además de garantizar la primera salud o lo que es lo mismo el derecho a una vida digna sin violencia de género, el derecho a interrumpir el embarazo en la sanidad pública, cumpliendo la ley, sin dejar fuera o criminalizando a tantísimas mujeres obligadas a salir de nuestra comunidad. Y que el Gobierno de Navarra responsable de esta ilegalidad, indeminze a las cerca de 20.000 mujeres a las que ha obligado a buscarse la vida durante estos 25 años, mintiendo constantemente sobre los motivos de porqué lo ha hecho.
Que la píldora post- coital sea dispensada desde todo el Servicio Navarra de salud y en las farmacias. Es importante recordar, que además del derecho a la objeción de conciencia, están, los derechos colectivos de la población, en este caso de las mujeres. Y esos derechos deben de ser garantizados por el Gobierno.
Que los mal llamados “centros de atención a la mujer”, antiguos COFES, Garanticen una atención integral a las personas, no solo de las mujeres. La salud sexual, afectiva y reproductiva, debe ser algo compartido por hombres y mujeres.
Significa también hacer una revisión de género, es decir, desprejuiciada, de los conceptos de salud y enfermedad. La salud ha estado condicionada por el sexo. En los estudios, nos demuestran como las mujeres han sido peor atendidas en la sanidad pública. Menos hospitalización, diferencias de tratamiento como por ejemplo en el caso de los infartos, con menos ensayos clínicos...Con menos tiempo de dedicación real excepto en atención primaria.
Avancemos en este camino, permitiendo a las mujeres estar enfermas y ser atendidas. ¡No solo cuidadoras! Sin olvidar qué el hecho de cuidar de los demás también trae consigo enfermedades específicas. En ningún momento se ha valorado como factor de riesgo el hecho de tener trabajos infravalorados, mal pagados, temporales y encima parta la gran mayoría, no considerados, como el trabajo doméstico.
Que se nos mire como enfermas, cuando no lo estamos como en la menopausia. Es necesario cambiar el tratamiento victimista que se da a las mujeres con el tema del cáncer de mamá, por no hablar de la fibromialgia. Y... menos listas de espera y mandarnos a casa queramos o no, solo por ahorrar.
Y por supuesto Garantizar los derechos sanitarios a todas las mujeres aquí y en todo el mundo.

20/5/10

Día Internacional: “1325 mujeres tejiendo la paz”

Nadie tiene el derecho de decidir sobre la guerra. Todas las personas tienen el deber de decidir sobre la paz”.
Ese espíritu hizo posible que en el año 1982 se instaurara el 24 de mayo como el Día Internacional de las mujeres por la paz, con el objetivo de visualizar y dar a conocer las diversas aportaciones hechas por mujeres desde concepciones filosóficas diferentes. Este bagaje y análisis de la realidad desde la perspectiva de género de la resolución de guerras y conflictos posibilitó en 1990 que Las Naciones Unidas, por medio de la resolución 1325,” pida que se promueva la contribución de las mujeres al logro de una cultura de paz y la inclusión de las mismas en todos los procesos”.
El Consejo de Seguridad reconoce no solo que la paz está intrínsecamente unida a la igualdad ente hombres y mujeres, sino que el acceso pleno y la participación total de las mujeres en las estructuras de poder y su completa implicación en los esfuerzos para la prevención y la resolución de conflictos, son esenciales para el mantenimiento y la promoción de la paz y la seguridad en el mundo

¿De qué mujeres hablamos? Desconocida ignoradas e interesantísimas en cuanto a su aportación a la paz: Berta Sophie Felicitas, austriaca, autora d libro “Abajo las armas” premio Nóbel de la paz en 1905. Jane Addams, de EEUU autora de “paz y pan en tiempos de guerra”. Nóbel de la paz en 1931. Helene Stocker. Alemana, activista incansable y represaliada por ello. Rosa Parks, mujer que inicio la resistencia pacifica al no querer levantarse de su asiento para cedérselo aun blanco en EEUU. Wangari Maathai, de Kenia, líder del movimiento a favor de la tierra, de la vida y la paz. Shirin Ebadi, Iraní. Rigoberto Menchú. Aung San Suu Kyi, Birmana, Nóbel de la paz en 1941, Virginia Wolf, Irene Sleder, defensora y salvadora de 2.500 niños/as de la manos de los nazis...Somaly Mam o Lydia Cacho arriesgan sus vidas cada día por los demás. Aminatu Haidar con el pueblo Saharaui. La periodista rusa Anna Politkovskaya o la activista por los derechos de los palestinos Rachel Corrie perdieron la vida mientras luchaban por dar voz a los más débiles., Mary Robinson, Carla del Ponte ... Y muchas más. Una historia apenas conocida. Mujeres de todo el mundo que juegan un papel clave en la lucha contra la violencia y el mantenimiento de la paz. Son valientes, perseverantes e innovadoras, no se resignan a la injusticia y trabajan para cambiarla

¿Hay algo especial en nosotras? No somos mejores ni más pacíficas que los hombres pero es indudable que tenemos un importante protagonismo en la causa de la paz, quizás por el hecho de un mayor contacto con el cuidado y mantenimiento de la especie humana, crucial para la sostenibilidad de la vida.

Iniciativas de mujeres por la paz.
Comenzaron en 1915 alrededor de un millar de mujeres representando a 12 países, beligerantes y neutrales se reunieron en la Haya en el Primer Congreso Internacional de Mujeres, surgiendo, con la pretensión de unir dos movimientos: el feminista y el pacifista.
En la india, en la marcha de la Sal en marzo de 1930 la mayoría de las participantes eran mujeres y de ellas diecisiete mil fueron arrestadas.

Es en la segunda mitad del siglo con la oposición a la instalación de misiles nucleares en los años 80. A partir de 1982, aparece un discurso feminista pacifista de contenido político, con un denominador común, que es el de enfrentarse y deslegitimar el triunfo de la fuerza sobre la razón y la vida. Se organizan para oponerse a la guerra y las políticas militaristas. Para romper barreras y acercar comunidades enfrentadas. Por la búsqueda de soluciones no militares a los conflictos... Contra la impunidad, los genocidios y la búsqueda de la verdad para todas las victimas. Para apoyar a mujeres que viven en situaciones de negación derechos humanos, o de guerras en distintos países. Para lograr que el Parlamento Europea y Naciones unidas tengan en cuenta la utilización de las mujeres a lo largo de la historia como “armas de guerra”, violadas sistemáticamente y obligadas a todo tipo de vejaciones y el trabajo y la especificidad de la aportación de las mujeres en la resolución de los conflictos.


Y a pesar de toda esta historia, y a diez años de la aprobación de la resolución 1325, las mujeres en negociaciones de paz siguen siendo excluidas, teniendo un acceso limitado a los espacios de toma de decisiones. Incluso en países que abanderan la democracia y la igualdad de géneros, su presencia en puestos de decisión clave es aún insuficiente

Recordar ese viejo lema:” No queremos guerra que nos destruyan ni paz que nos oprima” Y por qué lo que no se nombra, no existe, recomiendo el libro titulado 1325 mujeres tejiendo la paz (Icaria, 2009). impulsado por la Fundación Cultura de Paz que se presenta el 27 de mayo en Iruña y Estella/Lizarra.

1/5/10

Regala Igualdad. ¡No regales planchas!

Ante días como el de la madre, no lo dudes y sigue los consejos de la PPINA (Plataforma por permisos iguales e intransferibles por nacimiento y adopción), que nos dice que el mejor regalo para la madre es un Futro igualitario y Responsabilidades equilibradas.

O los de Amnistía Internacional, que nos pide que Con 5€ regalas tu rosa a un grupo de mujeres colombianas que han vivido la peor experiencia que una madre puede soportar: la muerte de su propio hijo. Son las madres de Soacha. Desde el asesinato de sus hijos e hijas, han dedicado su vida a la búsqueda de justicia, para qué que se investiguen las muertes, que se sepa la verdad y que se juzgue a los responsables.

Junto a ellas miles de madres en todo el mundo que no entienden porque los suyos tienen que sufrir en los conflictos políticos y a ellas negarles el derecho a verlos y tenerlos cerca. Esas madres que tan solo con su existencia humanizan los conflictos, desde la vivencia del amor incondicional y el deseo de acabar con el sufrimiento de sus seres queridos.

Madres, que han estado siempre detrás, de colchón emocional y físico no perdiendo nunca la esperanza, como Asun Casasola, madre de Nagore Laffage.


Es importante que se reconozca el papel social de madre en este mundo, en el sentido de cuidadora, como algo vital e importante en nuestras vidas y para el buen funcionamiento de la sociedad. Me refiero a la función de cuidar, que la hacen como nadie, las madres. Y la hacen las madres, no solo por el hecho de que ellas traen las criaturas al mundo.


Lo hacen por que esta sociedad así lo piensa, lo dice y nos lo hace vivir. Nos ha adjudicado este papel, el de cuidar, en exclusividad, como algo natural e innato al hecho de ser mujer, cuando en realidad, es algo que se aprende y construye y que a los hombres apenas se les enseña ni se les pide que lo ejerzan.

Lo interesante sería que el ser madre y padre, fuera compartido por ambos sexos, sin esquemas ni prejuicios. Solo que ambos cuidaran, dispensaran y cubrieran los cariños y necesidades afectivas que toda persona humana necesitamos, desde nuestro nacimiento y durante toda nuestra vida.


Para ello, además de las campañas por la corresponsabilidad es importante y necesario qué se amplíe el permiso de paternidad y se iguale al de maternidad para que los hombres a través de ese contacto se familiaricen y aprendan a normalizar el cuidado, la preocupación por los demás, el amor...

Y por supuesto, que el cuidado, sea tratado con dignidad y justicia, o sea, como trabajo.

Todos y todas debemos ser cuidadores, empezando por nosotras mismas. Es el mejor regalo que podemos hacernos en este día: Cuidarnos. Y de paso aprovechar para decirles a los nuestros: "Regálame Igualdad. Ojala haya un momento que solo me necesitéis para compartir”