Días, noches, reuniones, clandestinidad, agitación, asambleas, lecturas y más lecturas, txapas del personal más listillo, hojas para repartir, paros, huelgas, confrontaciones entre tendencias, unidades de acción, greba orokorra, ilusiones en los ojillos, esperanza y confianza en los corazones, aprendizaje de la libertad…Y los grandes debates: ¿Quien va a ser el sujeto de la revolución? El proletariado, la clase obrera en un sentido más amplio, los campesinos (En aquellos años ni se contemplaba la posibilidad de que hubiera campesinas o agricultoras y cuando se hablaba de proletariado, se hacia pensando en masculino), los y las estudiantes, un frente popular, un frente nacionalista dirigido por la clase obrera.
El papel de la lucha de clases en un cambio revolucionario. Las Reformas y el revisionismo. Ser de izquierdas o de extrema izquierda. Que papel iban a ocupar las mujeres en la revolución. La liberación sexual. La revolución permanente. La revolución cultural y los Dazibaos La traición a la causa, Lenin, Marx, Engels, Troski, Mao..
La esperanza en la cara de Latinoamérica. Nicaragua, El Salvador, Guatemala, las guerrillas, Los pueblos oprimidos, ETA, el IRA, El FRAP, Los GRAPO. Euskadi, Palestina, Córcega, El Sahara….La conveniencia y necesidad de la lucha armada y su engarce con la lucha de masas..
La necesidad de no olvidar ni posponer ningún tema.
La República y la Monarquía. No dejar la igualdad de sexos para despues y acabar viendo que no se cumple nada. La revolución personal. Las primeras mujeres mitineras, guerrilleras, militantes, dirigentes de asociaciones y partidos. Derechos, solidaridad, cajas de resistencia, euskara, libertades, democracia, radical….
Todo esto y más, especialmente desde finales del siglo XIX hasta los años 80, ocuparon las horas, meses, y años de muchas personas, dispuestas a entregar incluso su vida por un cambio en sus sociedades, contra las dictaduras y las injusticias sociales.
Cierto que en este devenir histórico, no nos habremos aclarado del todo, que hemos hecho gala de mucho sectarismo y partidismo, que nos habremos dejado muchas cosas en el tintero especialmente aquellas que hacen pupa en lo personal y exigen cambios en una misma y otras, por ingenuidad o haber sido fenómenos relativamente nuevos en el escenario político , como el racismo y la inmigración, las pateras, la globalización, la violencia de género, la igualdad de oportunidades, la corresponsabilidad y reparto de tareas, junto al reconocimiento y valoración de todo el trabajo incluido el reproductivo, tema, que hace sus primeros pinitos en el cambio social, en los años 80, por lo que anteriormente clamábamos en el desierto en cuanto a derechos de las mujeres, o el cuestionamiento de la heterosexualidad y los derechos de las personas gays y lesbianas.
Pero…Clamábamos!. Y esa REVOLUCION, se pretende que ahora sea, conseguir un préstamo con buenos intereses o sin ellos para el pago de una hipoteca para acceder a una vivienda. Un coche que vaya a toda velocidad y consuma mucho o el cuerpazo que nos oferta vitalinea con efecto saciante.
Yo, me rebelo a que esto sea la revolución pendiente: Dinero controlado por los bancos, coches que dejan su rastro de cadáveres por la carretera, además de contaminación, cuerpos marcados por modas sin sentido.
Para mi, el nombre a dar a este cambio pendiente, es lo de menos, si estamos de acuerdo en sus contenidos, por eso me enamoran más las denominaciones de “Otro mundo es posible” u “Otro reparto es posible”.
Lo importante es, que ese mundo se rija por el principio de la igualdad de oportunidades en todos los sentidos: entre sexos, norte y sur, pueblos, razas..En el que no exista ni una sola persona que se muera de hambre o sin techo donde cobijarse, sin salud o educación.
En el que todos los trabajos sean igualmente valorados y pagados, donde lo que se haga gratuitamente, por amor a los seres humanos, para cuidarlos, sea repartido por igual entre unas y otros, en el que nadie tenga que vender su trabajo, sus ideas ni su cuerpo para poder vivir. En el que los atentados a la dignidad de las personas y la tortura no nos sean indiferentes.
Donde todas las personas podamos desarrollar nuestras capacidades y potencialidades, independientemente de donde o en que familia hayamos nacido, en el que se investigue para conseguir aliviar el dolor humano y mejorar la calidad de vida de todas las personas. Donde se respeten los derechos individuales y de los pueblos.
Un Mundo capaz de hacernos sentir desde el amor incondicional y la solidaridad humana, ayudándonos a hacernos cada vez seres mejores. En el que lo importante sean sus hechos de justicia, ética anticorrupción, respeto hacia la diferencia y desprecio por las guerras y sus consecuencias devastadoras y crueles.
Ese huracán humano de transformación social sigue siendo necesario y en él quiero seguir envuelta, arropada por sus palabras y sus hechos, con los ojos humedecidos cada vez que escuchamos un llanto, decimos adiós a un ser querido o se pierde una persona como cristina Crespo, los cinco asesinados en Ceuta, las miles de mujeres, las gentes muertas en accidentes laborales y quienes diariamente lo hacen en el mundo por todas las guerras injustas.
Ese huracán Humano, puede llamarse, si quiere y lo desea REVOLUCIÖN. El Vitalinea con efecto saciante y el crédito, NO.
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