El dolor es generalizado. Tiene días en que es más o menos soportable. No se si es agudo o no. Sé que es intenso, crónico y que como el niño Jesús, con el me acuesto y con el me levanto. Hablo de esa enfermedad que hasta hace unos años era cosa de “histéricas”, inventos de esas mujeres que aprecian constantemente en el centro de salud y que nadie escuchaba, ya que como no se sabía nada, se catalogaba de enfermedad inventada.
El tema ha sido duro: hacer entender a la clase médica que aunque no se vea, existe. Y que necesita tratamiento específico. En el camino, personas que han sido despedidas injustamente, por que no legaban a poder rendir en algunos trabajos. Otras incomprendidas en su entorno, pensando que el problema era sin más una depresión, quizás ligada al paso de los años.
Pero no, va y es verdad y además afecta en el 99%, hasta la actualidad a mujeres, por lo que seguro que tendrá mucho que ver con la doble y triple jornada de trabajo realizada durante muchos años y ese continúan de tener cincuenta cosa en la cabeza, otra tantas preocupaciones y muchas tareas que desempeñar todos los días del año.
Además afecta aun tipo de persona que ha sido muy activa, con lo que refuerzo mi impresión de que puede tener algo que ver con le desgaste continuado d henazo..
Y claro las consecuencias son terribles: pasar de hacer cinco actividades a la vez y estar al tanto de todo o de aquí para allá, sin apenas descansar a tener que tumbarte, por que no te puedes mover y que no hay nada que lo cure de forma generalizada, solo hay tratamientos que alivian y además en este memento ligados exclusivamente a antidepresivos. Por que no se investiga un poco más? Por que seguimos siendo casi el 100 % mujeres?
En este vivir sin vivir en mí, por que el dolor no me lo permite, ha sido muy gratificante conocer a personas con la misma dolencia y ver como nos íbamos organizando para poder defender nuestra existencia. También hemos contado con el apoyo de algunas mujeres como manuela de madre, diputada catalana, que han dicho la verdad sobre su dolencia y lo que estaban teniendo que soportar. En Navarra ya existen dos asociaciones, una de ellas dedicada a Frida Kalo, por ser una mujer que tuvo dolencias y consecuencias muy parecidas a la fibromialgia.
- La garantía de que se va a hacer una revisión de género, es decir, desprejuiciada, de los conceptos de salud y enfermedad. Como están demostrando todos los estudios últimos, también la salud ha estado condicionada por el sexo. El estudio elaborado y presentado por SESPAS, nos demuestra como las mujeres han sido por atendidas en la sanidad pública. Menos hospitalización, diferencias de tratamiento como por ejemplo en el caso de los infartos, con menos ensayos clínicos...Con menos tiempo de dedicación real excepto en atención primaria y encima cuando acuden a esta es para el reto de la familia, en su papel de cuidadoras de los demás.
Hasta ahora, han tenido categoría de enfermedades aquellas que se producían en contextos laborales masculinos. Avancemos en este camino, permitiendo a las mujeres estar enfermas y ser atendidas.
No solo cuidadoras! Además, el hecho de cuidar de los demás también trae consigo enfermedades específicas. En ningún momento se ha valorado como factor de riesgo el hecho de tener trabajos infravalorados, mal pagados, temporales y encima parta la gran mayoría, no considerados, como el trabajo doméstico que según las encuestas hoy todavía el 75% de las mujeres dependen del salario del marido y su casi única profesión es el trabajo doméstico.
Avanzar en el diagnostico y el tratamiento de la fibromialgia: no somos histéricas, ni necesitamos antidepresivos. Queremos que se acabe con nuestros dolores y se nos tenga en cuenta.
Avanzar en el diagnostico y el tratamiento de la fibromialgia: no somos histéricas, ni necesitamos antidepresivos. Queremos que se acabe con nuestros dolores y se nos tenga en cuenta.
Que se sigan analizando los temas, en este caso la salud, también, con ojos de mujer. Sigue siendo tan necesario! Avanzar en el concepto de personas saludables, Es no perder la visión de género e invertir con criterios sociales. Que no seamos una vez más nosotras las que carguemos con los gastos de la enfermedad.
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