4/10/07

Ilegalidades


Andan a vueltas de nuevo con el tema del aborto en nuestra comunidad. El presidente ha reiterado que aquí no se va a garantizar este derecho, olvidándose al hacerlo de esa media anual de mujeres navarras que fluctúa entre 600 y 800 que no entienden como un Gobierno no le garantiza un derecho legítimo, amparándose en la salvaguarda de la objeción de conciencia. Mujeres de todas las edades y condiciones sociales, pero sin olvidar que entre ellas el porcentaje de jóvenes y sin recursos es verdaderamente importante.
Mujeres a las que como mucho se les paga el viaje a otra comunidad, pero a ellas solas, sin acompañantes y además haciéndoselo vivir como algo ilegal y pecaminoso, en lugar de hacer empatía y acompañamiento emocional en un momento de la vida nada agradable para quien le toca vivirlo.
También ha dicho que no lo hacen por que las personas ginecólogas no quieren. Y la verdad, yo creo que en Navarra no todas las personas ginecólogas que ejercen en la red pública se acogen a la cláusula de objeción de conciencia de manera libre.
Basta con recordar la inquisición que se montó contra tres de ellas en el año 87 por hacer abortos según la ley. Con ese precedente y sin ningún aval por parte del Gobierno más bien con el Gobierno en contra, ¿quién se va a atrever a hacer abortos en Navarra? A pesar de ello salen voces de personas médicas que dicen estar dispuestas.
La obligación como Gobierno es asegurar y garantizar los derechos en este caso de las mujeres que han decidido por la razón que sea de las permitidas en la ley, interrumpir el embarazo. Y digo y repito: garantizar. Cómo lo hacen es su problema, pero no puede convertirse en el problema de la sociedad ni de las mujeres navarras actualmente discriminadas en derechos respecto a otras de otras comunidades. Hoy por ley existe el derecho al aborto gratuito en la seguridad social en tres supuestos.
Pero este planteamiento con el tema del aborto no es ajeno a toda una postura empeñada en negar las relaciones sexuales que no tengan por objetivo el procrear. Por eso se recortaron los COFES, ahora mal llamados centros de atención a la mujer, alejándolos de la ciudadanía, llevándolos en muchos casos a hospitales, obligando a pasar por el médico de cabecera para acceder a ellos, suprimiendo el programa joven y la educación afectivo sexual en los centros escolares.
Negaron la ley de parejas de hecho y el matrimonio a homosexuales y lesbianas. Se opusieron también hace años al reparto y utilización de condones, solo que el tema del sida les obligo a recapacitar y reconsiderar la necesidad de estas campañas. Después a la píldora postcoital...
Ahora y siempre al aborto. Es como una negación constante de una realidad: La de que las personas se relacionan y comunican entre sí, también con el cuerpo, por cierto cada vez más jóvenes. Por eso, debemos de intentar que se haga lo mejor posible, sabiendo las consecuencias y también teniendo los medios para evitar embarazos no deseados a la vez que los problemas de contagios sexuales. Y reconocer el disfrute y el placer como una necesidad humana.
Además, prevenir no quita para nada que cuando hay una decisión de llevar adelante un embarazo, poder poner también los recursos necesarios parque esa mujer sola, tenga los medios para poder vivir ella y su criatura. Cuestión a la que también se oponen, diciendo que si ayudamos a las madres solteras, se está propiciando unas relaciones pecaminosas. ¡Vaya Rollo el que le echan! Y/o en su caso, poder ayudar a aquella que decida darlo en adopción, a que lo haga sin ser tan estigmatizada y a la vez teniendo unas políticas públicas que favorezcan que las persones puedan adoptar sin tantas complicaciones.
Reconocer que existen las cosas, en este caso el placer sexual, las relaciones y desde muy jóvenes, los embarazos no deseados...No es una insensatez. Todo lo contrario, es algo necesario, ya que supone ayudar a las personas en el momento que lo necesitan sin juzgarlas, estando a su lado, respetando su decisión, aunque no se comparta y desde luego en materia de aborto, significa ni más ni menos aquí, en Navarra y ahora, cumplir la ley.

No hay comentarios: