Que se dicen pronto pero que cuesta cumplirlos de año en año
10 años llenos de emociones, dificultades, éxitos, momentos de zozobras e incertidumbres, ilusiones, abrazos, miradas furtivas, enfados... 10 años caminando sin parar en los que como decía el poeta “ hemos ido haciendo el camino al andar” Juntas, con la mirada puesta en aquellos que son imprescindibles en este cambio social hacia una sociedad verdaderamente democrática, en la que las personas sean integras, plenas de valores humanos, no de hombres y mujeres estereotipados y carentes tanto unas como los otros. Una sociedad en la que el llorar no sea cosa de chicas, el sostén económico de la familia algo exclusivo de los hombres y el cuidado un valor denostado.
Una sociedad en la que no haya que estar continuamente eligiendo entre desarrollar la capacidad de ser madre y padre y el trabajo fuera de casa, por no existir los recursos suficientes, ni vivir el cuidado y las tareas desde la corresponsabilidad entre todos los seres humanos.
10 años en los que hemos ido empoderándonos juntas, o lo que es lo mismo creyéndonos y sintiéndonos seres con derechos. Acompañadas de magnificas monitoras. En los que hemos ido encontrado respuestas a las necesidades que teníamos, siendo solidarias con aquellas mujeres que lo estaban pasando peor, por ser claramente más pobres o excluidas, haber venido de fuera y no tener apenas derechos, vivir una separación injusta y dolorosa o haberse encontrado con el maltratador agazapado en la cuatro paredes del hogar.
10 años, que nos han permitido conocer, escuchar y aprender junto a escritoras, actrices, y teóricas comprometidas con la igualdad,
Que nos han dado criaturas como Blanca Cañas que año a año nos hacen reír con sus ocurrentes obras teatrales y a virginia Imaz, la payasa por excelencia. En los que hemos disfrutado en el Cine y Mujer, con las películas y los coloquios.
Años en los que hemos estado campaña tras campaña, removiendo los pilares de la desigualdad, especialmente aquellos que la justifican y avalan de manera sibilina, aquellos que se nos cuelan por los poros del cuerpo y no dan tregua.
Aquellos que pretenden que seamos siendo desiguales en cuanto a derechos y oportunidades y que presentan la igualdad como algo uniformador de las personas, olvidando que somos diversas y diversos pero que ese hecho no da ninguna legitimidad a nadie para sentirse y actuar como un ser superior.
Años en los que hemos tenido ayuntamientos diferentes y que en esta materia como en otras muchas, no solo importa el color político de quien se sienta en el sillón, sino también las personas en sí mismas, su grado de compromiso ético con un mundo más justo e igualitario para todos y todas y las ganas de aprender y comprender que en este tema, no estamos vacunados nadie, que afecta a todas las áreas de nuestras vidas y por lo tanto a todas las áreas del Ayuntamiento.
10 años en los que diferentes personas hemos aprendido a aceptarnos y querernos para poder aportar lo mejor de nosotras y en ese camino hemos conocido a mujeres y hombres especiales y comunes a la vez.
Hemos conocido a seres humanos que no piensan en clave de esto como algo “ de mujeres”, sino que empiezan a verbalizar la igualdad como esa piedra preciosa que nos va a permitir a todas y a todos llevar vidas más dignas y placenteras siempre y cuando Todos también se involucren y apuesten por una sociedad de plenos derechos.
Bien por estos 10 años por los que nos merecemos Estella un aplauso colectivo y cono no, EL SEGUIR. Musu bat denontzat y ánimo que las luces de después del túnel son hermosísimas.
