Un nuevo 14 de abril. De entonces aquí, el viento ha sembrado, los odios han mermado y muchas personas han tenido que vivir durante años asustadas, apartadas, humilladas y no reconocidas. Personas que creían en la igualdad de los seres humanos y entre ellas, muchas mujeres, que han sido si cabe “la voz más dormida” de este periodo histórico. Personas que han visto como desaparecían sus seres queridos y nadie les quiso decir donde estaban.
Personas amantes de la República por llevar en sus entrañas la primera piedra de la igualdad: Nadie hay más que nadie por nacimiento ni por ningún otro motivo.
Recuperar esta parte de la historia y dar dignidad a aquellas personas que participaron en la misma es básico para la convivencia. Es tarea de todos y todas. No tiene justificación ninguna oponerse a reconocerles y homenajearles, dándoles su lugar y la reposición moral que se merecen.
Que todas las lágrimas se puedan verter y que todas las personas republicanas puedan ser despedidas y reconocidas. Por justicia y por humanidad.
Que las enseñanzas y las conquistas de la República no queden en el olvido para las nuevas generaciones: Libertad, igualdad, solidaridad. Justicia y dignidad Por todas estas razones, ¡ Viva la República!
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