20/5/07

24 de Mayo: Voces para no perder la paz


“Nadie tiene el derecho de decidir sobre la guerra. Todas las personas tienen el deber de decidir sobre la paz”. El espíritu de esta frase de las mujeres de Zagreb, inunda a los diferentes movimientos de mujeres y pensadoras-activistas de todo el mundo a lo largo de la historia más cercana a las guerras y resoluciones de conflictos varios.
Ese espíritu hizo posible que en el año 1982 se instaurara el 24 de mayo como el Día Internacional de las mujeres por la paz, con el objetivo de visualizar y dar a conocer las diversas aportaciones hechas por mujeres desde concepciones filosóficas diferentes.
Este bagaje y análisis de la realidad desde la perspectiva de género de la resolución de guerras y conflictos ha posibilitado que Las Naciones Unidas, por medio de la resolución 1325, pida que se promueva la contribución de las mujeres al logro de una cultura de paz y la inclusión de las mismas en todos los procesos. El Consejo de Seguridad reconoce no solo que la paz está intrínsecamente unida a la igualdad ente hombres y mujeres, sino que el acceso pleno y la participación total de las mujeres en las estructuras de poder y su completa implicación en los esfuerzos para la prevención y la resolución de conflictos, son esenciales para el mantenimiento y la promoción de la paz y la seguridad en el mundo
Hay algo especial en nosotras? Pienso que las mujeres no somos mejores ni más pacíficas que los hombres pero es indudable que tenemos un importante protagonismo en la causa de la paz, quizás por el hecho de el trabajo adjudicado y desarrollado por nosotras, el del cuidado y mantenimiento de la especie humana, crucial para la sostenibilidad de la vida , alternativa necesaria par la supervivencia de la especie y en clara contraposición a la lógica y necesidades de una globalización preocupada solamente por la acumulación económica, dispuesta para ello a matar y destrozar, dejar en la miseria y en la imposibilidad de vivir a miles de personas. Ante esto se levanta la ética del cuidado y por lo tanto la del mantenimiento de la vida.
Iniciativas de mujeres por la paz. En mayo de 1915 alrededor de un millar de mujeres representando a 12 países, beligerantes y neutrales se reunieron en la Haya en el Primer Congreso Internacional de Mujeres y de allí surgió la Liga Internacional de Mujeres por la paz y la libertad, con la pretensión de unir dos movimientos: el feminista y el pacifista.
La primera guerra mundial dividió a estas mujeres, pasando algunas de ellas a lanzar proclamas a favor de la guerra. Otras se mantienen en el pacifismo activo a pesar de la posiciones de sus partidos (Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo…).
En la india, en la marcha de la Sal en marzo de 1930 la mayoría de las participantes eran mujeres y de ellas diecisiete mil fueron arrestadas.
El ver los horrores producidos por la guerra civil española fue lo que inspiró las riquísimas reflexiones de virginia Wolf, que en 1938 publica “Tres Guineas” en el que la escritora dice que lo mejor que pueden hacer las mujeres es no repetir las acciones de los hombres y crear las suyas, sus propias palabras. Para ella la prevención de la guerra requería la desaparición del sistema sexo-género de domino del varón. Afirma que por razones histórico- sociales las mujeres tenían un mayor potencial para oponerse a la guerra. Ese potencial no está basado en la maternidad sino en su historia de exclusión del poder y la riqueza.
En la segunda Guerra mundial bastantes mujeres forman parte de la resistencia y a pesar de sus ideas pacifistas pasan a colaborar en la lucha contra el nazismo, como Simone Weil y Sophie Schóll, entre otras.
Es en la segunda mitad del siglo cuando el protagonismo de las mujeres en el movimiento por la paz en innegable, especialmente en la relación de está con la oposición a la instalación de misiles nucleares en los años 80. A partir de 1982, aparece un discurso feminista pacifista de contenido político. Y las mujeres se han organizado con un denominador común, que es el de enfrentarse y deslegitimar el triunfo de la fuerza sobre la razón y la vida. Se organizan para oponerse a la guerra y las políticas militaristas. Para romper barreras y acercar comunidades enfrentadas. Por la búsqueda de soluciones no militares a los conflictos... Contra la impunidad, los genocidios y la búsqueda de la verdad para todas las victimas.
Para apoyar a mujeres que viven en situaciones de negación derechos humanos, o de guerras en distintos países. Para lograr que el Parlamento Europea y Naciones unidas tengan en cuenta el trabajo y la especificidad de la aportación de las mujeres en la resolución de los conflictos. ASCII, podemos encontrarnos a Las mujeres de negro, La Ruta Pacífica de las Mujeres Colombianas, Mujeres contra la impunidad unidas en la búsqueda de las personas desaparecidas, la defensa de los derechos humanos, el resarcimiento para las victimas y el rescate de la dignidad de la victima y el familiar que está vivo, sacando a la luz la verdad de lo sucedido. Además de continuar la vida y hacerse cargo de los niños y niñas que se han quedado huérfanos.
A pesar de toda esta historia, las mujeres en negociaciones de paz siguen siendo excluidas de las mesas donde se toman acuerdos y decisiones, bajo la excusa de que la negociación solo necesita la presencia de las partes que pelean (¡Como si no hubiera mujeres en la pelea directa!), haciendo al final cocina masculina, tanto en imagen como en contenido.
Nicaragua, Salvador, pero especialmente Colombia han sido un ejemplo claro, donde las mueres han tenido que unirse para sacar a la luz su participación. África está constituyendo redes de mujeres con el mismo criterio. Irlanda del Norte, en la que católicas y protestantes trabajaron unidas por el dialogo y la colaboración entre las dos comunidades enfrentadas.
Aquí, en abril de 2006, surge Ahotsak, mujeres militantes por la paz con clara intención de unir, empujar, demostrar que es posible juntarse y llegar a acuerdos. Con la esperanza y el convencimiento de que necesidades de las mujeres no se pierdan en este nuevo contexto. Experiencia que debe de continuar adelante después de las elecciones del 27 de mayo, aunque seguramente con algunas nuevas componentes.
Este 24 de mayo, es imprescindible recordar el viejo lema:” No queremos guerra que nos destruyan ni paz que nos oprima”

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