16/6/06

Carta para etxebeltza: 75 aniversario de la Republica

75 aniversario de la República: Exhumación y homenaje: recuperación de identidad y dignidad
Cuando en una situación violenta como la del levantamiento del 36 y la posguerra Los derechos humanos son vulnerados de manera cruel y planificada, deben restaurarse en forma de recuperación. Por una parte de la memoria de los hechos ocurridos, por otra en forma de recuperación de los enterrados en fosas, cunetas, etc. para que reciban justa, digna y definitiva sepultura y puedan ser recordados.
Solo un bando pudo enterrar a los suyos con el amparo de las leyes franquistas, tras el fin de la guerra regulaban la ayuda a las familias de los caídos “por Dios y por España” a localizar los restos, exhumarlos y trasladarlos a sus lugares de origen .Lo que significa un tremendo agravio comparativo mantenido en el tiempo tras la dictadura y supone también la no aplicación de la misma ley a todos los ciudadan@s.
Así, a los del otro bando, a quienes se pretendió exterminar sin reconocerles la más mínima dignidad ni consideración como seres humanos se les enterró en fosas comunes, no se informó de dónde estaban los cadáveres y, no se permitió la elaboración del duelo. Un castigo eterno que busca la exterminación de la víctima directa y de sus allegados tratando de causar el mayor destrozo psicológico y social posible a quien no se considera digno, ni persona. Se le niega un lugar entre los vivos y entre los muertos, no mereciendo ni el respeto al cadáver ya muerto(los cubrían con cal), rompiendo así el vínculo con el fallecido, impidiendo que se le pueda visitar o recordar al estar ilocalizable. Es la aniquilación de la identidad individual y social.
Estamos hablando de víctimas concretas y, el impedimento del duelo, la falta de despedida, la desaparición de la persona, la desinformación sobre el cadáver, añaden más dolor todavía al hecho de haber perdido el ser querido.
Las lágrimas y lamentos desgarradores que se han quedado vagando en el aire o silenciadas en el interior de las personas sin posibilidad de expresarse, las flores que no han podido ser ofrecidas como homenaje y despedida, han creado incertidumbre sobre la situación del desaparecido y grandes heridas psicológicas en sus familiares.
El silencio, además de ser injusto produce otros daños psicológicos y les niega la posibilidad de reivindicar su dignidad.
Tras la muerte de Franco algunas familias pudieron recuperar de las cunetas, descampados, fosas comunes los restos de sus seres arrebatados, sin ningún reconocimiento y por supuesto sin ninguna ayuda oficial.
La importancia de la exhumación, de la recuperación de los restos del ser querido ofrece la oportunidad de resolver el duelo y cerrar, a pesar de que sea 70 años después, el ciclo de sufrimiento.
En los casos en los que la recuperación de los restos no es posible, el homenaje supone, cuando menos, la restitución de la identidad de aquella persona que hicieron desaparecer.
Recuperar la dignidad de quienes perdieron la vida injustamente por ser personas dignas, precisamente.
Y también, 75 años del ejercicio del voto
la II República ha cumplido 75 años. También el ejercicio del voto para las mujeres, gracias a la intensa labor realizada por Clara Campoamor. De entonces aquí, la sociedad ha cambiado mucho para aquellas mujeres como Julia Álvarez ó Aurora Gómez entre otras.
Ellas ya no pueden ver ni disfrutar de estos avances pero indudablemente debemos de reconocerles que su vida supuso un impulso para todas las demás, siendo referentes para otras mujeres, como seres objetos de derechos. Ellas junto a muchas otras y a compañeros de militancia fueron personas que creían en la igualdad de los seres humanos, personas que han sido “la voz oculta” de nuestra historia, negadas de todo derecho, incluido el de saber donde habían sido asesinadas y ocultadas.
Ellos, Ellas, creyeron en la educación, la cultura en la igualdad salarial, en el derecho a la tierra para vivir, en la capacidad de las mujeres para ocupar todos los espacios político-económicos y sociales, en una sexualidad placentera, en el amor ente los seres humanos, sin hipocresías ni contratos…En ese periodo hubo mujeres que soñaron con un mundo diferente y con el que han continuado soñando y luchando hasta su muerte, después del exilio.
Mujeres que en ningún momento perdieron la capacidad amatoria a pesar de vivir tiempos revueltos y de guerra.
Mujeres amantes de la República por llevar en sus entrañas la primera piedra de la igualdad: Esa que reconoce que nadie hay más que nadie por nacimiento ni por ningún otro motivo.
Tere Sáez y Asun larreta

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